El titular posible no podría ser más sensacionalista: “Quinceañera embarazada por escuchar un cassette de rock”. Y costaría mucho creerlo, sí, de no ser porque la película de Rebecca Thomas no muestra nada, ni una pizca de imagen, que sirva para descartar la teoría de la inmaculada concepción de Rachel, una joven mormona de una comunidad fundamentalista de Utah que de un día para otro espera un hijo. En cambio, el film le sigue la corriente, acompañando a su heroína perpleja por el desierto hasta la ciudad de Las Vegas, catedral de luces de neón y máquinas tragamonedas, con la esperanza de encontrar alguna respuesta a su milagro localizando a la banda del cassette. Del paso de un estado a otro, del deambular entre mundos opuestos, de un mismo cuerpo en el que confluye lo mágico y lo despiadadamente humano, "Electrick Children" construye un puente que posibilita lo pocas veces posible: que la incertidumbre devenga en una de las emociones más intensas que el cine pueda transmitir.

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