Que no te engañe el aspecto más o menos amistoso del camaleón ni el simpático pez que agarra en el cartel de la película. Rango es una película que podrán disfrutar los niños pero Rango NO es una película para niños. Sólo hay que ver el diseño minuciosamente realista de los personajes para ver que la película no tiene demasiado cuidado en resultar visualmente agradable para los más pequeños.
Precisamente es el diseño de personajes y la fotografía lo más destacable de la película, con un realismo total hasta el punto de que todavía dudo de que los tres seres humanos que aparecen en la película sean dibujos o personas reales con algún efecto animado. Su guión si que respeta alguna de las convenciones del cine de animación como el desarrollo de la trama y los puntos de giro pero los diálogos entre personajes distan mucho de lo que nos tienen acostumbrados en este tipo de películas.
'Rango' no está concebida como una cinta de animación, sino que se aprovecha de la animación para modelar su historia y dar forma a sus personajes, valiéndose así de su condición técnica como herramienta y no como razón de ser, algo que de partida ya marca una considerable distancia (salvo excepciones) respecto a la mayoría de los productos derivados de DreamWorks Animation y similares, donde prima la construcción de relatos más convencionales e industriales. Homenaje descarnado a los western, la presencia de un auténtico director tras el pincel en vez de un animador, error en el que en no pocas ocasiones se incurre, dota de personalidad a su discurso y puesta en escena, algo palpable tanto en el diseño de los personajes como en su sentido del humor, repleto de guiños, como evidente en los encuadres, su montaje o, especialmente, una banda sonora que certifica a Hans Zimmer como el mejor compositor actual. El resultado, sin ser tan perfecto como cabría esperar de la suma de sus partes entre las que se encuentran sus trepidantes y muy logradas escenas de acción (especialmente las que tiene que ver con un Halcón), está muy por encima del mostrado por producciones tan encorsetadas dentro del tradicionalismo animado como las recientes 'Despicable Me' o 'Megamind'. Y el motivo es evidente: 'Rango' no se limita a ser una cinta animada, es simplemente cine en estado puro.
Como ya he dicho, puede que no sea perfecta. Va de más a menos si tenemos en cuenta sus excelentes primeros minutos (la visualización del accidente detonante de la historia) en relación a sus últimos minutos (el clímax carece de la emoción de buena parte del resto de su metraje); su a veces trepidante ritmo permite cierta irregularidad a la hora de abordar sus pasajes más convencionales; su argumento, una vez expuestas todas sus cartas sobre la mesa, se estanca hacia la mitad y se resuelve de forma más o menos tradicional; pero dentro de todo eso es un film distinto, diferente y particular que va mucho más allá de las convenciones que se supone deberían limitarla a ser no más que "una de animación", lo que sin duda la convierten en un título a tener en cuenta, hay que señalarla como una muy buena película.
