Cuarta entrega de las aventuras de Ethan Hunt.
En ella, como en el resto de la serie, la credibilidad por parte del espectador debe ser grande, porque si hay veces que se consigue, hay otras tantas que la sobrepasa y cae en lo increíble. Pero todos sabemos a lo que nos enfrentamos, una historia en la que lo que prima no es el guión, totalmente sin importancia, lo importante es la acción y espectáculo, un paseo por lugares exóticos en diferentes países, lujo, herramientas imposibles, etc. Esas son las claves de esta especie de nuevo James Bond.
Esta vez Hunt trabaja más en equipo que nunca y en parte por ello la película logra salir airosa. Si la anterior parte poseía un gran rival que la hacía mejor, en esta por contra este estará casi ausente, la acción se centrará en Hunt y su equipo, se prioriza la acción y la comedia frente el drama de la entrega anterior. Por lo que es una película menos emocionante pero más amable, con un equipo que se lo pasa bien ante las cámaras.
Es una pena que los personajes que no pertenecen al equipo estén bastante desaprovechados, así el espía ruso o la asesina francesa tenían buenas posibilidades, pero acaban siendo muy reducidos.
El guión es prácticamente inexistente, se basa en hacer misiones, tal cual fuesen fases en un videojuego, primera fase Budapest, segunda Moscú, tercera Dubai,... Cada vez distintas.
Por ello el guión no se pierde en explicarnos una historia, con cuatro retazos nos explican la misión, sin que importe mucho el porqué, para muestra la explicación de lo que quiere hacer el malo y por qué, básicamente paródica.
La dirección es correcta por parte de Brad Bird, apena que se decantáse por esta película para ser su primera de no-animación, su estilo es invisible, al servicio de la producción, pero al menos dota de cierta emoción y sabe rodar las escenas de acción, en las que se ve lo que sucede ya que deja la cámara quieta, y con planos adecuados, hoy en día encontrar eso ya empieza a ser difícil en el cine de acción.
En definitiva es una película que da lo que ofrece un gran espectáculo bonito de ver, para el que no hace falta pensar lo más mínimo (al igual que se hizo con el guión), podrías ver la película en un idioma ininteligible y seguirla sin problemas, es una película que se ve tan rápido como se olvida, pero que, demonios, es muy entretenida, la ves y lo pasas bien, y es la típica para ver un día aburrido de esos que no tienes qué hacer.

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