Hace ya mucho tiempo los estudios Dreamworks dieron a luz un ogro verde, huraño y feo al que bautizaron "Shrek". Lo situaron en los cuentos de hadas de Andersen y los hermanos Grimm, le mandaron a vivir a una ciénaga, le dieron como compañero a un asno parlanchín y como novia a una princesa/ogro maestra en artes marciales. La película, una delirante y original sátira sobre los cuentos de hadas fue una auténtica revolución en el mundo de la animación. Gustó tanto a mayores como a niños, a críticos como a espectadores, ganó un merecido Óscar a la mejor película de animación y desbancó a su acérrimo y eterno rival: Pixar.
Dreamworks creyó que tenía en sus manos a la gallina de los huevos de oro y comenzó a exprimirla cual vaca lechera, trayendo al mundo "Shrek 2", "Shrek tercero" y "Shrek, felices para siempre", cada cual menos brillante que el anterior. Tanto apretujon dejó sin fuerzas a la gallina, y lo que una vez fue un producto de calidad y original se convirtió en una decadente franquicia en la que el ogro acabó apestando tanto dentro como fuera de la pantalla.
Pero no todo fueron malas noticias. De "Shrek 2" nació un pícaro y adorable gato atigrado que acabó convirtiéndose en uno de los personajes más populares y queridos de la saga. Él era por supuesto el Gato con Botas, una felina versión del Zorro, al que Dreamworks ha decidido volver a dotar de vida en un "spin-off" en el que reina la aventura y sobre todo el humor.
Fiel a su estilo, "El Gato con botas" nos habla de la infancia de Gato en un orfanato, su amistad con un huevo llamado Humpty Dumpty y el origen de sus botas. Tras convertirse en forajido en contra de su voluntad, Gato busca la redención para poder volver con orgullo a su pueblo, San Ricardo. Esa oportunidad se le presenta en la persona de Humpty, que asegura la existencia de la Gallina de los Huevos de Oro, que volvería archimillonario a su poseedor. Acompañados de la seductora Kitty, una gata salvaje que trae de cabeza a nuestro peludo amigo, juntos se embarcan en la misión de robarles a Jack y Jill (unos bandidos y obesos humanos con muy malas pulgas) los frijoles mágicos que, según la leyenda, les llevarán hasta el castillo del gigante, donde se encuentra la valiosa gallina. Pero siempre hay gato encerrado...
Su argumento es bastante predecible y la animación es excepcionalmente buena, aunque si hay algo que brilla, es el doblaje. Un magnífico Antonio Banderas pone voz una vez más a su personaje por excelencia, luciéndose como nunca antes. Chispeante y encantador, Gato nos regala comentarios y monólogos únicos en los que destacan los momentos que cruza el español con el inglés.
Ante todo recomiendo a los que vayan a verla que no se hagan demasiadas expectativas. No le busquen tres pies al gato. Estamos ante una película para todos los públicos, amena y entretenida sin pretensiones de ningún tipo. Lo bueno es que si bien no la carcajada, la sonrisa si está asegurada.

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