¿Por qué un blog sobre cine?

Este espacio es un proyecto personal que solamente busca promocionar al séptimo arte, el cine independiente que es expresado a través de cortos, medios y largometrajes con visiones distintas de la vida.

Gracias por visitarlo.

Buscar en el blog

septiembre 29, 2011

Cidade de Deus.


Se correr o bicho pega, se ficar o bicho come.


En el año 2002 Fernando Meirelles conquistó a la crítica pública y al público de todo el mundo con esta inmensa obra. Con una colorista pero a la vez oscura estética cercana al video-clip, el director crea una atmósfera que envuelve y asfixia al mismo tiempo. Parece que en ella se ha captado a la perfección la esencia de la vida en las favelas… un lugar que como bien define el protagonista, “queda muy lejos de la típica postal de Río”.

El gran triunfo es el de conseguir que no nos perdamos en medio del caos que supone la trama que envuelve a Ciudad de Dios. Tratar durante más de dos horas con tantos personajes y situaciones distintas y no “morir” en el intento es todo un logro. El interés no decae nunca, ya sea gracias a la brutalidad de la historia, ya sea por su humor negro, ya sea gracias al dinamismo que imprime el director en toda y cada una de las escenas. Los actores -la mayoría de ellos no profesionales- rinden a un altísimo nivel, cualquiera diría que realmente han vivido las desventuras descritas en el filme y la selección de temas musicales es simplemente inmejorable. En parte contribuya mucho a conseguir lo anteriormente comentado: plasmar la esencia de un lugar… de una época.

Especialmente interesante es el personaje de Dadinho… o más bien dicho, Ze Pequeño. Es la reinvención del mal en su estado más puro. La imagen del niño que creció entre disparo y disparo con una sonrisa de oreja a oreja, es simplemente una de las más espantosas que haya visto jamás. El aterrador Ze Pequeño siembra el pánico por allí donde pasa, cegado por el deseo de poseer cuanto ve, sin importarle el camino que tenga que tomar para llegar a dicho fin. Un monstruo que si nos paramos a reflexionar, ha sido creado por el sistema o siendo más justos, el sistema ha permitido su existencia.

El filme viene a expresar esta idea en la “cómica” escena en la que Buscapé trata en vano de ganar algún dinero fácil, para acabar dándose cuenta que la única manera en aquella ciudad es empuñando una arma. La pistola como el único instrumento que permite triunfar, pero también como el instrumento que acaba condenando a su propio dueño. No importa cuantas veces pidamos que al final no aparezcan las palabras mágicas “basada en un hecho real”… porque en efecto es una película real como la vida misma. O acaso había alguna duda?







No hay comentarios.:

Publicar un comentario