First contact. Last stand.
La historia se centra en el lejano oeste de finales del siglo XIX, época de la fiebre del oro. Seres de otro planeta vienen a por el metal precioso por lo que vaqueros e indios se unen para salvar a la humanidad.
Mezclar el western con la ciencia ficción parece algo fuera de lugar pero a la vez original e interesante. La realidad es que en esta película no resulta nada de eso.
Una cosa es juntar dos géneros cinematográficos, respetarlos, engrandecerlos y la otra es destrozarlos con un guión flojo, diálogos lacónicos y personajes planos tal como ocurre acá.
La película se desarrolla con muy poco sentido, cinematográficamente hablando. Mezclar lo tecnológicamente avanzado de una raza alienígena, que al final resultan unos debiluchos derrotados por lanzas y pistolas, y peor hasta por un niño que mata un alien, con apaches y vaqueros y su historia de no tener ni siquiera electricidad, es inconcebible, sólo porque es ficción.
Lo único rescatable son los efectos especiales, y ni tanto, porque, como sabemos, mientras le metas millones de dólares en efectos, es lo único de lo que se trata este tipo de malas películas; no se salvan las actuaciones, el guión, o el filme mismo.
Al final, sentí que fue una pérdida de tiempo y me pregunté ¿cómo es que la gente paga por ver esto? (Para el récord, la descargué de internet y la vi, supuse [y de hecho acerté] que sería un fiasco, como tantas).

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